Desde la plataforma Cultura de Base de Barcelona (CdB) manifestamos nuestra disconformidad con las medidas recientes que el Ajuntament de Barcelona ha hecho públicas con relación al tejido cultural de la ciudad. Por un lado, consideramos que estas políticas no dan respuesta a las reivindicaciones que la CdB lleva haciendo desde 2019. Por otra parte, exigimos más claridad, accesibilidad y transparencia en las cifras de la totalidad del presupuesto municipal que se destina a cultura con tal de que la ciudadanía pueda hacer un seguimiento detallado de la arquitectura opaca de los consorcios y de los convenios público-privados. Denunciamos, también, el amago de apropiación y la manipulación indebida por parte del ICUB del término «cultura de base» y de su significado, con el cual no nos sentimos ni identificados ni representados. Por todo ello, exigimos el establecimiento de una mesa de negociación continua entre ICUB y Cultura de Base de Barcelona para resolver estas graves deficiencias.
Barcelona, 22 de junio de 2020
Todas las personas, entidades, espacios y proyectos heterogéneos y autogestionados que constituimos la comunidad organizada de Cultura de Base de Barcelona —CdB— y que compartimos desde hace más de 10 años la resistencia y la lucha contra la indiferencia y el abandono institucional en su apuesta por el modelo neoliberal de las industrias culturales, queremos hacer pública nuestra valoración del documento-dossier de prensa presentado el 15 de mayo de 2020 por el Ajuntament de Barcelona con relación al apoyo hacia el sector y el tejido cultural de la ciudad.
En primer lugar, y aunque entendemos la naturaleza práctica del documento (dossier de prensa), expresamos nuestra decepción por el uso de un lenguaje más propio de una campaña publicitaria que de un gobierno que rinde cuentas a una ciudadanía y propone soluciones y acciones a favor del interés general. Hacer alusión al COVID para hablar de los serios problemas estructurales que sufren la Cultura de Base y el modelo económico-cultural de Barcelona denota una ausencia profunda de compromiso por parte del gobierno de Barcelona para transformar un paisaje cultural que, si bien es herencia acumulada de una política de muchos años, es también responsabilidad del gobierno actual atenderlo y hacerse cargo de ello.
Asimismo, alertamos la fagocitación del término «Cultura de Base» y en uso abusivo y ambiguo que se le da como paraguas de festivales públicos como el Grec o la Quinzena de la Dansa y otros teatros e iniciativas aparentemente públicas, pero que, no obstante, están regidas desde la opacidad por entidades privadas. Recordémoslo: Cultura de Base es un frente común de lucha harto heterogéneo –por omnicomprensivo y la voluntad de no dejar a nadie fuera–, que cubre cualquier ámbito relacionado directamente con el arte, la educación o el hecho social, pero que nace de la libre iniciativa ciudadana. No es una iniciativa ni de la administración ni de los partidos en el poder. Hay tres ejes que la caracterizan: el pensamiento crítico en torno a la praxis del arte y las políticas culturales de ámbito local, la transparencia (practicada, exigida) y la independencia institucional.
Aunque cumplen diversas funciones o pueden colaborar con ellas, también quedan al margen de la Cultura de Base las empresas de capital público-privado, los gestores culturales dedicados en exclusiva a la venta de espectáculos, los consorcios, los patronatos y las fundaciones. CdB somos personas y entidades de cualquier forma jurídica, pero en ningún caso hay ánimo de lucro, es decir, todo el capital se reinvierte siempre en los proyectos (y el mismo «coste de vida» es una inversión en el proyecto artístico-cultural del que somos agentes activas).
La independencia de la institución no impide que los proyectos de Cultura de Base de Barcelona quieran, puedan y trabajen para acceder a las subvenciones o ayudas públicas porque como contribuyentes, ciudadanas y trabajadoras del arte estamos en todo nuestro derecho.
Por lo que respecta a la interlocución con la administración, desde enero de 2019, con las Jornadas de Política Cultural Municipalista Barcelona-Madrid-Valencia, Cultura de Base ha promovido espacios de reflexión donde los que la administración y los responsables políticos de la cultural local han sido invitados e interpelados. La expresión directa es el ParlaMent Ciutadà de la Cultura de Barcelona – PMCCB, un espacio abierto a la ciudadanía para la deliberación y la auditoría de las administraciones en el ámbito de la cultura, constituido el 11 de marzo de 2019 y del que se han celebrado tres asambleas. Aun así, la revitalización «mediática» de la Cultura de Base de Barcelona se produjo con una rueda de prensa celebrada en julio de 2019, en la que se declaró la emergencia endémica de los proyectos y que constituye un punto de inflexión en la acción directa de nuestro frente común.
Desde entonces, se han realizado diversas reuniones presenciales y en línea con el Sr. Daniel Granados (ICUB) con tal de compartir directamente los problemas estructurales. Estos meses de reuniones nos hacían esperar una mayor concreción de las ayudas a la Cultura de Base mayor de la que nos hemos encontrado. El documento sí que cita el conjunto de iniciativas programadas que Cultura de Base lleva a cabo desde octubre de 2019 con la resuelta finalidad de obtener una herramienta básica que reconozca y resalte esta realidad. El proyecto se propuso al Ajuntament y este accedió a financiarlo con un presupuesto de 15.000 €, pero han pasado 9 meses y todavía estamos esperando el pago. El trabajo, sin embargo, se sigue desarrollando de manera voluntaria y ya tenemos resultados significativos del mapping: el 86% de los proyectos de CdB se consideran proyectos de riesgo.
Por otra parte, las medidas económicas publicadas en el documento del ICUB tienen un carácter de corto plazo, de emergencia, y no cubren lo que han sido demandas constantes de la CdB desde hace más de una década: la transparencia, el cambio de modelo estructural y de gestión, la trazabilidad de los presupuestos públicos y de los criterios que los rigen, y la creación de un órgano que audite la institución de manera independiente, un Observatorio Ciudadano de la Cultura.
En este sentido, observamos inexactitudes y vaguedades a la hora de comunicar tanto las cifras de las ayudas como sus destinatarios directos. Si se tiene en cuenta que las subvenciones ordinarias han seguido con el menosprecio y la infradotación de los proyectos de CdB o que las ayudas extraordinarias eximen criterios como la siempre ambigua «innovación» (término de connotaciones neoliberales y que no tiene nada que ver con el territorio de la investigación y de las prácticas de Arte y la Cultura), tememos que se perpetúe el patrón continuista.
Cultura de Base de Barcelona pide a los responsables del Ajuntament de Barcelona el reconocimiento de la singularidad y de la vulnerabilidad estructural del conjunto de más de 100 entidades que hoy en día la conforman y, por tanto, exige la concreción de medidas para su apoyo real y el resarcimiento de los efectos del olvido institucional.
Por eso, pedimos urgentemente una mesa de negociación continua entre el ICUB y la CdB para concretar medidas, exigir transparencia y acabar con el abandono sistemático de Cultura de Base en la ciudad de Barcelona.
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