Hace seis meses, a propuesta de un grupo de usuarios de Teatron, doce usuarios de Teatron nos reunimos con representantes del Ayuntamiento de Barcelona (Òscar Abril Ascaso, director de Sectors Culturals i Innovació de l’Institut de Cultura de Barcelona, y los técnicos Carles Giner y Rosa Gibert) para trasladar al Ayuntamiento 6 propuestas básicas para iniciar un diálogo sobre las problemáticas y necesidades comunes que comparten los usuarios de esta comunidad. Nos pareció que los representantes del Ayuntamiento se mostraban de acuerdo en el 90% del contenido de esas propuestas. Incluso nos dijeron que las propuestas les parecían algo conservadoras, a lo que respondimos que no se nos ocurriría pedir cambios tan básicos si en el año de gobierno de Barcelona en Comú se hubiese realizado algún cambio sustancial que paliase algunas de esas carencias, efectivamente, tan primarias.
Seis meses después, a pesar de esa aparente inicial sintonía sobre el contenido de nuestras propuestas, no hemos visto ningún movimiento del Ayuntamiento de Barcelona en el sentido que apuntaban las propuestas que les pusimos sobre la mesa. Al contrario, hemos visto cómo prácticamente todos los movimientos del Ayuntamiento hasta la fecha han ido apuntando en sentido contrario. Es por eso que muchos de nosotros, junto a un amplio sector de los trabajadores y trabajadoras de la cultura de Barcelona, hemos apoyado el Manifest per una política cultural de llarg abast, que denuncia el rumbo de las políticas culturales del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Catalunya. Es por eso que los firmantes de ese manifiesto llevamos meses reclamando una reunión con la alcadesa de Barcelona, Ada Colau, que todavía no tiene fecha.
La semana pasada un artículo de la revista francesa Mouvement titulado Culture indignée, firmado por Valentine Bonomo y Joan Calvet Casajuana, quienes asistieron a la reunión, nos ha recordado ese momento. En el artículo se habla de Teatron y de la reunión y se recogen algunas declaraciones de alguno de los asistentes: usuarios y miembros del equipo de Teatron y representantes del Ayuntamiento. Ya entonces, como recoge el artículo, esos usuarios de Teatron expresaban sus dudas y preocupaciones por el rumbo de la política cultural del Ayuntamiento. Desgraciadamente, no nos cabe la menor duda de que seis meses después, a la vista de la situación actual, las declaraciones de esos asistentes a la reunión serían mucho más contundentes y pesimistas al respecto.
Mientras esperamos sentados a que se produzca algún cambio positivo, por pequeño que sea, en el ecosistema institucional cultural de Barcelona, Catalunya y España, os recomendamos la exposición colectiva de fotografía en el espacio Vanderborght de Bruselas, en la que Joan Calvet Casajuana, quien tomó las fotos del artículo de Mouvement que ilustran este post, ha integrado el material del reportaje (texto, extractos de entrevistas y fotos), dando así otra visibilidad a alguna de estas cuestiones.
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Hace seis meses, a propuesta de un grupo de usuarios de Teatron, doce usuarios de Teatron nos reunimos con representantes del Ayuntamiento de Barcelona (Òscar Abril Ascaso, director de Sectors Culturals i Innovació de l’Institut de Cultura de Barcelona, y los técnicos Carles Giner y Rosa Gibert) para trasladar al Ayuntamiento 6 propuestas básicas para iniciar un diálogo sobre las problemáticas y necesidades comunes que comparten los usuarios de esta comunidad. Nos pareció que los representantes del Ayuntamiento se mostraban de acuerdo en el 90% del contenido de esas propuestas. Incluso nos dijeron que las propuestas les parecían algo conservadoras, a lo que respondimos que no se nos ocurriría pedir cambios tan básicos si en el año de gobierno de Barcelona en Comú se hubiese realizado algún cambio sustancial que paliase algunas de esas carencias, efectivamente, tan primarias.
Seis meses después, a pesar de esa aparente inicial sintonía sobre el contenido de nuestras propuestas, no hemos visto ningún movimiento del Ayuntamiento de Barcelona en el sentido que apuntaban las propuestas que les pusimos sobre la mesa. Al contrario, hemos visto cómo prácticamente todos los movimientos del Ayuntamiento hasta la fecha han ido apuntando en sentido contrario. Es por eso que muchos de nosotros, junto a un amplio sector de los trabajadores y trabajadoras de la cultura de Barcelona, hemos apoyado el Manifest per una política cultural de llarg abast, que denuncia el rumbo de las políticas culturales del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Catalunya. Es por eso que llevamos meses reclamando una reunión con la alcadesa de Barcelona, Ada Colau, que todavía no tiene fecha.
La semana pasada un artículo de la revista francesa Mouvement titulado Culture indignée, firmado por Valentine Bonomo y Joan Calvet Casajuana, quienes asistieron a la reunión, nos ha recordado ese momento. En el artículo se habla de Teatron y de la reunión y se recogen algunas declaraciones de alguno de los asistentes: usuarios y miembros del equipo de Teatron y representantes del Ayuntamiento. Ya entonces, como recoge el artículo, esos usuarios de Teatron expresaban sus dudas y preocupaciones por el rumbo de la política cultural del Ayuntamiento. Desgraciadamente, no nos cabe la menor duda de que seis meses después, a la vista de la situación actual, las declaraciones de esos asistentes a la reunión serían mucho más contundentes y pesimistas al respecto.
Mientras esperamos sentados a que se produzca algún cambio positivo, por pequeño que sea, en el ecosistema institucional cultural de Barcelona, Catalunya y España, os recomendamos la exposición colectiva de fotografía en el espacio Vanderborght de Bruselas, en la que Joan Calvet Casajuana, quien tomó las fotos del artículo de Mouvement que ilustran este post, ha integrado el material del reportaje (texto, extractos de entrevistas y fotos), dando así otra visibilidad a alguna de estas cuestiones.
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Hace seis meses, a propuesta de un grupo de usuarios de Teatron, doce usuarios de Teatron nos reunimos con representantes del Ayuntamiento de Barcelona (Òscar Abril Ascaso, director de Sectors Culturals i Innovació de l’Institut de Cultura de Barcelona, y los técnicos Carles Giner y Rosa Gibert) para trasladar al Ayuntamiento 6 propuestas básicas para iniciar un diálogo sobre las problemáticas y necesidades comunes que comparten los usuarios de esta comunidad. Nos pareció que los representantes del Ayuntamiento se mostraban de acuerdo en el 90% del contenido de esas propuestas. Incluso nos dijeron que las propuestas les parecían algo conservadoras, a lo que respondimos que no se nos ocurriría pedir cambios tan básicos si en el año de gobierno de Barcelona en Comú se hubiese realizado algún cambio sustancial que paliase algunas de esas carencias, efectivamente, tan primarias.
Seis meses después, a pesar de esa aparente inicial sintonía sobre el contenido de nuestras propuestas, no hemos visto ningún movimiento del Ayuntamiento de Barcelona en el sentido que apuntaban las propuestas que les pusimos sobre la mesa. Al contrario, hemos visto cómo prácticamente todos los movimientos del Ayuntamiento hasta la fecha han ido apuntando en sentido contrario. Es por eso que muchos de nosotros, junto a un amplio sector de los trabajadores y trabajadoras de la cultura de Barcelona, hemos apoyado el Manifest per una política cultural de llarg abast, que denuncia el rumbo de las políticas culturales del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Catalunya. Es por eso que llevamos meses reclamando una reunión con la alcadesa de Barcelona, Ada Colau, que todavía no tiene fecha.
La semana pasada un artículo de la revista francesa Mouvement titulado Culture indignée, firmado por Valentine Bonomo y Joan Calvet Casajuana, quienes asistieron a la reunión, nos ha recordado ese momento. En el artículo se habla de Teatron y de la reunión y se recogen algunas declaraciones de alguno de los asistentes: usuarios y miembros del equipo de Teatron y representantes del Ayuntamiento. Ya entonces, como recoge el artículo, esos usuarios de Teatron expresaban sus dudas y preocupaciones por el rumbo de la política cultural del Ayuntamiento. Desgraciadamente, no nos cabe la menor duda de que seis meses después, a la vista de la situación actual, las declaraciones de esos asistentes a la reunión serían mucho más contundentes y pesimistas al respecto.
Mientras esperamos sentados a que se produzca algún cambio positivo, por pequeño que sea, en el ecosistema institucional cultural de Barcelona, Catalunya y España, os recomendamos la exposición colectiva de fotografía en el espacio Vanderborght de Bruselas, en la que Joan Calvet Casajuana, quien tomó las fotos del artículo de Mouvement que ilustran este post, ha integrado el material del reportaje (texto, extractos de entrevistas y fotos), dando así otra visibilidad a alguna de estas cuestiones.
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