El pianista Alfred Brendel escribe esto sobre la danza en su diccionario:
DANZA. Para muchas culturas, la música y la danza son inseparables. Dejando a parte las suites y las partitas de la época del Barroco, las danzas, el baile y el elemento danzarín continuaron siendo un componente importante de la música hasta el Siglo XX. Ha habido incluso músicos que sostienen que la esencia de la música es la danza; sin embargo, personalmente yo no iría tan lejos. Porque si fuera así, podría bailarse un credo o un dies irae.
Donde sí debemos pensar y sentir con frecuencia con un ánimo danzarín es en los minuetos, en los scherzi y en las frases finales. Las frases finales de todos los conciertos de Beethoven son danzarinas. ¿Que significa esto para el intérprete? Pues que tienen que ser bailables, es decir, deben poseer suficiente continuidad en el realce del ritmo para que, festejándose a sí mismas, por decirlo así, se apoderen del cuerpo de los danzantes.
De la A a la Z de un pianista. Un libro para los amantes del piano.
Alfred Brendel
Traducido por Jorge Seca
Editorial Acantilado