29-30/05 LAIDA AZKONA “Algunos títulos para un acercamiento al ruído» ESTRENA
Lo que vas a ver se titula En busca del animal sin sexo y sin cabeza. También se llama Nunca es tarde para la mecanografía, o El día que soñé que mataba a Hegel vi caer, sin puntería, un diente tras otro en la palma de mi mano.
Son tres de los muchos títulos que podría tener este proyecto. Ninguno es el acertado, ninguno significa de forma precisa. Son pensamiento que se retira de pensar y un interés que apunta a lo que no se sabe decir, a lo que se inicia sin terminar: la palabra no pronunciada, la frecuencia inaudible, el texto descartado.
Hace tiempo que ella no entiende una palabra de lo que dicen esas bocas enormes, sonrientes, de dientes blancos y brillantes. El cansancio es lo mismo que el silencio.
Bailaré ese ritmo, cansada escucho mejor.
Laida Azkona (Pamplona 1981)
Establecida entre Barcelona y Pamplona se dedica a las artes vivas con una concepción transdisciplinar. Su foco actual se sitúa en la escritura, entendida como una concepción expandida de lo coreográfico y de la presencia – movimiento del cuerpo. Formada en The Rambert School (Londres), en SEAD (Salzburgo) y en The Trisha Brown Company Studio (Nueva York), ha sido intérprete de creadores como Francesco Scavetta (Oslo), Juschka Weigel (Berlín) o Noemí Lafrance (Nueva York). Cofundadora del Colectivo escénico Hierbaroja, es también una de las directoras artísticas del festivalINMEDIACIONES.
Un projecte concebut i interpretat per Laida Azkona
Amb l’assistència de Leopoldo Wolf i Txalo Toloza-Fernández
Altres integrants per anunciar
Co-producció Antic Teatre / Adriantic
duración: 60 min
nuevos lenguajes del cuerpo
Idioma:
a confirmar
HORARIOS
JUEVES, VIERNES : 21:00
6 euros
[…] Algunos títulos para un acercamiento al ruído, de Laida Azkona, con la colaboración de Leopoldo Wolf, Txalo Toloza-Fernández e iluminación de Ana Rovira. A finales de mayo, fui un par de días al Antic Teatre para ver un par de estrenos que se prometían apetitosos. Uno fue este de Laida. Entramos por el camerino, como ya pasó unas semanas antes con La entropía está de moda, de Ariadna Rodríguez (de la que no puedo contaros mucho porque participé en ella desde ese camerino donde me encontraba junto al resto de músicos) y volvería a pasar en mi siguiente visita. El público se sentó en unos bancos situados junto a las paredes del escenario, dejando una única pared libre donde se proyectaban imágenes y texto. Al entrar nos encontramos a Laida dándolo todo, saltando, con pinta de llevar ya un buen rato ahí. También era la primera vez que veía algo de Laida en solitario aunque la había visto unos meses antes en el mismo Antic, colaborando con Txalo Toloza-Fernández, en Trópico #9. El dispositivo es sencillo pero está tratado con un mimo estético que no siempre se ve cuando se juega con proyecciones de texto y vídeo desde un ordenador situado en escena. Al principio el texto proyectado muestra únicamente definiciones, extraídas de diversos diccionarios y enciclopedias, de palabras que tienen que ver con lo que estamos viendo: una bailarina en escena. Las imágenes que se nos mostrarán más adelante son captadas por el propio ordenador en directo y nos muestran siempre algo que ya vemos, a Laida, pero desde una perspectiva que no podemos experimentar. Laida juega con unos elementos sencillos (su propio movimiento, las definiciones, otros textos que ella misma escribe y su propia imagen virtual), algunos ocultos, como la música que escucha o su propia voz, que se desvelarán en algún momento, para construir con ellos un juego de espejos y múltiples facetas que va apareciendo poco a poco ante el público, al mismo tiempo que un cierto discurso crítico. Austero y refinado al mismo tiempo. Sincero y directo. Al día siguiente, Laida viajaba a Estrasburgo para presentarlo allí, en francés. […]