«Intento solamente proponer un termino general que pueda cubrir tanto la libertad de blasfemar como la de atacar cosas abstractas como las ideas y los símbolos, de chocar a los otros con aquello que hacemos en materia sexual con nosotros mismos o entre personas consensuantes, y cometer con ello cualquier tipo de crímenes sin víctimas.
Como toda libertad, la libertad de ofender tiene sus limites.
Las ofensas pueden transformarse en prejuicios sì:
1. Es imposible evitarlas
2. Son hechas sistemáticamente con la intención de dañar a personas particulares.
3. Su intensidad sobrepasa ciertos limites (en caso de agresión sensorial en particular)
(…) las fronteras entre la ofensa y el prejuicio no son siempre evidentes. Sin embargo me parece importante otorgar a esta distinción el valor de un principio.
En efecto seria difícil, defender la libertad de expresión y de creación sin reconocer la libertad de ofender. Es decir, de chocar a través de las obras del espíritu humano o de cometer a través de ellas crímenes sin víctimas.”
La liberté de offenser, le sexe, l’art et la morale
Ruwen Ogien
La musardine 2007
(La traducción salvaje es mía)