Fotos: Pia Vega
Estoy en proceso de readaptación y apropiación de una pieza del pasado, Against Architecture de Bruno Listopad, de la que fuí intérprete y colaboradora en su proceso de ceración en el 2008. La pieza intenta construir un paralelismo entre la teoría de Los Situacionistas Internacionales (un grupo de activistas dirigidos por Guy Debord que luchaban contra la alienación en la sociedad creada por lo que ellos llamaban `la sociedad del espectáculo´) y la maquinaria despótica de la representación teatral, que entra en conflicto con la aspiración del intérprete de llegar a unirse con la obra de arte.
Con ganas de romper mi ciclo casa – ensayo – casa, experimentar otras estrategias de readaptación de la pieza fuera del estudio y no caer en inercias, me apropio de la idea de deriva.
La deriva era una de las estrategias utilizadas por los Situacionistas Internacionales que proponía una reflexión a las formas de ver y experimentar la vida urbana dentro de la propuesta más amplia de la psicogeografía.
Así, utilizo esta táctica a mi manera y modifico sutilmente el recorrido que hago casi todos los días, dando un giro a mi cotidianidad, saliendo del estudio, caminando como fantasma silencioso por las calles. Algunos se quedan descolocados al encontrarse conmigo, otros ni se inmutan, como si pareciera que vieran fantasmas todos los días, otros intentan ubicar mi figura con algún evento social reconocible: despedida de soltera, brujería, carnaval retrasado o exámen “a ver si por lo menos aprobáis”. Aunque yo haya intentado no chocarme con nadie, ni molestar al personal con ningún tipo de ruido o confrontación, algunos se incomodan. Mi paseo provoca todo tipo de reacciones, de la risa, a la molestia, a la indiferencia. La consciencia de que existen reglas estabelcidas no escritas se hace más fuerte. Cualquier pequeña variación en el comportamiento parece ser una anomalía. Internamente fluctuo entre el sentirme fuera de lugar, la incomodidad que eso conlleva y la sensación de placer al poder ir de fantasam por la vida, romper mi cotidianidad y sentir la ciudad más intensamene, desde otro ángulo.
Y , ¿Cómo sería el hacerlo sola y en otros lugar de la ciudad, completamente nuevo? porque al final estoy en territorio conocido y con dos acompañantes a corta-media distancia de mí. Supongo que el experimento sería más arriesgado y más leal al situacionismo, pero mi contradicción entre celebrar una acción momentánea, una situación deambulante, de encuentros instántaneos y efímeros; y el deseo de querer recoger y captar este pequeño viaje, afirma la teoría de Debord, ¡ sí , la vida es un espectáculo !, “Todo lo que una vez fue vivido directamente se ha convertido en una mera representación.” y así, uso mi propia imagen como producto y como encuentro, perteneciendo a la sección de ambigüedades y paradojas, los anti, pro, post, oportunistas, adaptados, acomodados, agitados, contrariados y los que no toman posición, ni bando. Los flexibles, los malebales, los que queremos participar y festejar el espectáculo.
Así, celebro la paradoja de estar en un proceso que apunta a los Situacionistas Internacionales, pero que quiere afirmarse como pieza en el teatro , como producto que se podrá comprar y consumir el 28 de febrero, 1, 2 y 3 de marzo en el Antic Teatre.
¡ EL ESPECTÁCULO CONTINÚA ! a pesar de Guy Debord
te imagino en el mercado, en la iglesia, en el banco, en la playa, en montjuic, en el cementerio…
¡Buenas fotos!
eres una fantasma tía!!!
sigue no pares!!
ja me encantasísimo !
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Situacionista!!! Das un miedo….
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