¿Para qué dar tiempo al tiempo?

¿Para qué dar tiempo al tiempo?

Para que ocurra algo.
Porque, como escuché una vez, sin prisas hay sorpresas. Sorpresas para el espectador, el que está a la expectativa, el que observa y le da sentido a lo que ocurre.

Dejar de ser espectador y percibir, dejarse penetrar por lo que ocurre.
Aceptarse poroso, permeable, moldeable.
Organizar el tiempo, desplazarlo, metaforizarlo, visualizarlo, poetizarlo, jugarlo.
Abandonarme al tiempo para poder percibirlo, despertar otras temporalidades inconscientes, pero presentes en todo momento. Aceptar una multi-capa temporal, es decir, un despliegue de capas temporales simultaneas, palpables en la poética de la acción, en el residuo visual y material de la acción.

La belleza del tiempo que se excede, del tiempo de lo que no ocurre o lo que está a punto de ocurrir.
La belleza de observar como se hace la acción. Hacer la acción. Hacer tiempo. Producir el marco para observar tiempo.

Surfear el tiempo, al tiempo, en el tiempo.

Todo esto me ocurre observando “Sin título” de Quim Pujol.

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